Conocida en Chile desde los años 40 como la Desideria, fue la primera mujer en recibir el Premio Nacional de Arte en su especialidad.
Esta gran mujer nació con el nombre de Ana María Luisa Delicias Villela Francisca de Asís González Olea, el 4 de mayo de 1915, en Peñalolén. Desde que iba al liceo mostró interés por la actuación, y a pesar de que las mujeres no tenían muchas libertades ni opciones de decidir, su madre la acompaño e impulso en esa pasión, pues le permitió ser actriz en una época que era muy difícil y fue capaz de rebelarse frente a su padre.
En 1937 la llamaron de la Compañía de la Dirección Superior del Teatro Nacional, ofreciéndole un pequeño papel para la obra “La Tigre”. Al poco tiempo la dirección del Teatro Nacional monto la obra “NINA” de Gloria Moreno, donde a Ana le volvieron a ofrecer un pequeño papel en el montaje. En el proceso una de las actrices principales, se enfermó, ofreciéndole el papel protagónico a Ana. En el estreno, como se señala en su libro biográfico, la interpretación de Ana fue ovacionada por el público y por parte de la prensa fue altamente elogiada. Su paso por el Teatro Nacional fue muy reconocido, sin embargo, un tiempo después se desvincula de la compañía y se emplea como intérprete en otras más pequeñas, sin lograr obtener un puesto estable.
Esta inestabilidad laboral la pudo modificar gracias a algunos trabajos que fueron saliendo en su camino, como por ejemplo: se fue de gira por chile con la obra “La Marsellesa”. En 1940, Ana incursionó en el cine con la película “Entre gallos y medianoche”. Pero cansada de los vaivenes laborales con consecuencias económicas, decidió ese mismo año crear su reconocido personaje “La Desideria”, tomando los acontecimientos sociales que ocurrían en el país: las reformas impulsadas y decretadas por el presidente Pedro Aguirre Cerda.
La Desideria representaba a un sector sin voz que, a través, de un creativo juego en el lenguaje y un gran manejo del sentido del humor, lograba mediante de la risa, dar a conocer los derechos de las trabajadoras domésticas remuneradas, animándolas a exigirlos con el objetivo de lograr mejor calidad laboral. Conocedora de las técnicas del sainete, de la precariedad del trabajo femenino y aprovechando la contingencia de las reformas sociales, La Desideria, se convierte en el gran personaje cómico nacional. Este personaje venía del sur de Chile (Pitrufquén) a la capital. La Desideria comenzó a finales de los 40 en el programa radial “Familia Chilena” de Radio Pacífico y luego se sumó al programa “Radiotanda” de Radio Minería, vigente hasta finales de los años 80. También era parte del elenco del programa Sábado Gigante en la sección “Pobre Papá”. Ana González, durante años recorrió todo Chile realizando presentaciones en vivo con este personaje.
Fue la primera actriz en llegar caracterizada a los estudios de radio, llegando vestida como empleada doméstica y relatando anécdotas cómicas. Poco a poco fue sazonando estas anécdotas con contenidos políticos en defensa de la clase trabajadora, lo que sirvió para difundir los derechos laborales en los medios masivos.
Convencida de que quería ser parte del TEUC, no dudó en aceptar cuando Pedro Mortheiru le propuso trabajar con ellos. Su estreno en el Teatro de Ensayo UC fue en 1947 con la obra Contigo en Soledad de Eugene O´Neill, el cual fue recibido con una favorable crítica y sorprendiendo la impecable actuación de Ana en el drama. Ana González fue parte del TEUC desde 1947 hasta 1963, luego lo retoma en 1975 de manera más distanciada, participando en más de 45 obras junto a Noguera, Silvia Piñeiro, Alejandro Jodorowsky, Delfina Guzmán y otros. Protagonizó ¡Esta señorita Trini! (1958), el primer musical chileno de Luis Alberto Heiremans, y estuvo en La pérgola de las flores, de Isidora Aguirre, en 1960. En cine, tanto, debutó en Pal otro lado, de José Bohr en 1942, y luego apareció en Historia de un roble solo, de Silvio Caiozzi, en 1982. El director de televisión Gonzalo Bertrán no tardó en poner sus ojos en ella, y así aterrizó en Canal 13, el único canal que la tuvo en pantalla.
En 1969 recibió el Premio Nacional de Arte. Fue la primera mujer en Chile en obtener dicho galardón en su especialidad.
En 1971, junto a cinco socios -entre ellos Alejandro Sieveking, Bélgica Castro y la arquitecta Lute Sotomayor- compró una sala de cine en la antigua galería El Angel, en el centro de Santiago.
Con la llegada del golpe militar, la compañía se divide en dos: algunos de los integrantes se quedaron en Costa Rica, quienes por temas políticos no podían regresar; pero Ana González decide quedarse en Chile y funda en 1976 la compañía “Los Comediantes”. Para ella, el golpe militar la sorprendió en Buenos Aires regresando del Festival Mundial de Teatro de Berlín, decide volver sabiendo lo que estaba aconteciendo y sus consecuencias personales. No la tomaron presa, pero le hicieron la vida imposible, no tuvo trabajo en ningún canal de televisión y fue perseguida, insultada y amenazada de muerte en forma constante.
En 1995 en plena función de la obra de Teatro “Viejas”, olvida su texto, lo que significo para ella, el comienzo de su retiro de las tablas. La enfermedad de Alzheimer la siguió por más de 10 años, lo que la mantuvo retirada del mundo de la actuación, viviendo bajo los cuidados de su pareja María Luz Sotomayor. Ana Murió en 2008 y es recordada como de las actrices fundacionales del teatro chileno.