Muchas la conocen por la lucha que esta mujer ha llevado durante décadas, por la verdad y justicia sobre su esposo. Sin embargo, esta gran activista es mucho más que solo la lucha política y social que ha encarnado.
Joan Alison Turner nació en Londres, Inglaterra en 1927. Su interés por la danza despertó a los 17 años, cuando su madre la llevó al Haymarket Theatre para ver la compañía de danza moderna Ballets Jooss. Joan regresó muchas veces no solo para ver la obra, sino que para conocer a Kurt Jooss. En 1947 ingresó a la Escuela de Danza de Sigurd Leeder, rechazando una beca en la Universidad de Londres para estudiar Historia. Después de tres años en la escuela, ingresó al Ballet Jooss en Alemania, recorriendo gran parte de Europa. En el ballet conoció al chileno Patricio Bunster, que era bailarín y coreógrafo, y con quien en 1953 se casa.
Al poco tiempo el ballet se disuelve por falta de fondos, y ambos deciden ir a vivir a Chile. Allí comienzan a trabajar en el Ballet Nacional de Chile y tienen a su hija Manuela.
Su matrimonio no continuó mucho tiempo desde que nació su hija, y al poco tiempo comenzó una relación con Víctor Jara, a quien conoció cuando éste era alumno del centro dramático en el que ella trabajaba como profesora de danza. Con Víctor tuvo a su segunda hija, Amanda, y estuvieron juntos hasta el asesinato del cantautor en septiembre de 1973.
Ejerció la docencia en la Universidad de Chile, donde formó la carrera de Profesores de Danza infantil. Creando nuevas cátedras de formación y fundando el ballet popular, que se levantó como un espacio de creación para los nuevos coreógrafos chilenos
En la segunda mitad de la década del sesenta, encuentra junto a su amigo Alfonso la oportunidad de crear un grupo de danza en la Casa de la Cultura de Ñuñoa, donde establecen un grupo de danza para niños. A partir de 1967, el grupo se traslada al barrio alto de la ciudad, al Instituto Cultural de Las Condes, donde cuenta con mejores infraestructuras. Meses después el grupo vuelve al departamento de danza de la Universidad de Chile bajo el nombre de Ballet Popular y toma parte de la campaña presidencial por Allende en 1970 realizando presentaciones a lo largo de Chile.
Todo este devenir de proyectos y experiencias de crecimiento profesional y personal será violentamente cortadas por el Golpe Militar de septiembre de 1973, cuando el mismo 11 de septiembre toman detenido a su esposo, y su cuerpo es encontrado cinco días después.
Al mes siguiente de lo sucedido, se embarcó en un avión con sus dos hijas y la protección del cónsul inglés, dejando atrás todo lo que era hasta ese momento, según sus palabras, “¿bailarina, coreógrafa, profesora, esposa? había dejado de serlo”.
Ya en Londres, dejó de llamarse Joan Turner de Jara, para adoptar el nombre Joan Jara. Transformándose en una activista contra la dictadura militar chilena y durante muchos años intentó que la justicia aclarase las circunstancias de la muerte de Víctor.
Viajó por toda Europa hablando de Jara, manteniendo viva su música y mensaje, y también por el resto del mundo. Regresó a Chile en 1984 y un año después fundó junto a Bunster el Centro de Danza Espiral. Dos años después, lidera el Grupo Calaucán.
En 1993, Joan Jara junto a sus hijas y varios amigos y amigas creó la Fundación Víctor Jara, que desde entonces conserva y promueve el legado del artista. En 2009 el Senado chileno concedió a Joan Jara la nacionalidad chilena por gracia, por su aporte a la cultura y la lucha por los Derechos Humanos.
Joan Jara recibió la nacionalidad chilena, y también ha recibido múltiples premios por su aporte a la cultura a través de la danza. Es una inspiración de perseverancia y amor, que aun a sus más de 90 años nunca perdió la fe ni sus fuerzas para exigir justicia.