Ilustración: Sofía Flores
Biografía: Samka Durán

María Palma

Circense
1926

Creció en el seno de la familia circense Maluenda y se desarrolló como artista circense, pelista y gestora. Es actualmente reconocida como la “matriarca” del circo chileno, madre de los Hermanos González, premiados trapecistas.

Cuando Don Joaquín Maluenda Liberona, hijo del cojo Maluenda, propietario del Circo Estrellas de Fiera, el año 1935 quedó viudo de su esposa Margarita Zúñiga, conoció a Luisa Palma, y esta llegó con una sobrina que estaba a su cargo y tenía diez años, llamada María Palma. La vida circense de esta artista comenzó ahí y su experiencia la traspasó a sus diez hijos y numerosos nietos. Sus inicios fueron en el circo ‘Estrellas de Fieras’ que pertenecía a su tía Luisa Palma y a Joaquín Maluenda. Bajo esa carpa, María Palma realizaba actos de contorsión y baile.

Su encanto y talento eran reconocidos en la década del cuarenta. Sus números circenses eran esperados y aclamados en cada gira que realizaban a lo largo de Chile. Fue así como en una de sus presentaciones, un payaso y músico que andaba de circo en circo, al verla se enamoró de ella a primera vista. Ese es el comienzo de la historia de amor entre María Palma y José Liborio González Castro, más conocido como el ‘Payaso Cascabelito’, que era el número que hacía José en su circo.

Una relación que iniciaron cuando ella tenía 20 años y José González, 18. Ambos compartían la pasión por el espectáculo, y en medio de ese ambiente, decidieron forjar una carrera artística. Tomaron una decisión y escaparon juntos. Comenzaron a trabajar en otro circo en el que vivieron en un camarín pequeño y pobre. En ese lugar, María Palma perdió a su primera hija, que llevaría por nombre María Eugenia.

Pero ese duro comienzo no impidió que la pareja levantara el circo ‘Guadalajara’, el primer eslabón de lo que sería más tarde la familia González. José González le enseñaba a sus diez hijos piruetas que veía en películas de circo internacionales. Ensayaban una y otra vez, y en el descanso los educaba con el silabario. En ese ambiente nacieron y crecieron Marina, José, Nubia, Soledad, Omar, Javi, Elías, Cecilia, Alex y Moisés. Era una vida sacrificada. Debían preocuparse de sus hijos y educación. Y también del circo, sus trabajadores y de las giras a lo largo de Chile.

Joaquín Maluenda, yerno de María Palma y dueño junto a Nubia González del reconocido circo Los Tachuelas, lo explica así: “Siempre vi a mi suegra haciendo de todo en el circo. Sino estaba en el espectáculo, estaba en la boletería. Recuerdo una vez que andábamos de gira en Ovalle y quisieron asaltarnos, y ella salió valientemente a defender la carpa. Ella estaba en todas”.

La “matriarca” criaba a sus hijos, ensayaba y hacía shows con ellos. Además, acogía a pequeños artistas que llegaban a su carpa en busca de oportunidades de trabajo. Muchos de ellos son artistas internacionales que hoy agradecen a la distancia el amor y las enseñanzas que María Palma les entregó.

Después de más de cincuenta años de trayectoria y trabajo, la pareja decidió descansar en su casa de Gran Avenida y apoyar a sus hijos en sus respectivas carreras circenses. Habían sido décadas viajando de ciudad en ciudad en sus carros de circo. En esa nueva etapa, la pareja disfrutó del amor de sus hijos y nietos hasta que José murió de cáncer.

Se puede conocer más de su historia en el documental María Palma, matriarca del circo chileno.

Fuente(s): 

La Tercera

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