Una de las academias más reconocidas de baile en Chile tiene el nombre de esta bailarina uruguaya, quien llegó a Chile para incorporarse al Teatro Municipal y darle vida a las coreografías clásicas y modernas más importantes de las últimas décadas en nuestro país. Desde muy pequeña, Sara Nieto estuvo relacionada con el mundo de la danza y su fructífera carrera ha permitido formar a generaciones y generaciones de bailarinas y bailarines que buscan en ella el aprendizaje necesario para seguir el camino de la danza.
Sara comenzó sus estudios de ballet desde los tres años. Estimulada por su madre y padre ingresó a la Escuela de Danza del Servicio Oficial de Difusión, Representaciones y Espectáculos (SODRE) a los 8 años en Montevideo, y una vez que este lugar fue cerrado continuó sus estudios con el maestro Eduardo Ramírez, entrando a los 15 años al cuerpo de baile del Ballet Oficial de Uruguay. Allí interpretó sus primeros papeles protagónicos a los 18 años, en las obras “Cascanueces” y “El lago de los cisnes”, retirándose de la carrera de Medicina para dedicarse completamente al ballet.
En 1980 fue invitada por Octavio Cintolesi para incorporarse al Ballet del Teatro Municipal de Santiago. Para el año 1986 es nombrada Primera Bailarina Estrella del Ballet de Santiago, título honorífico creado por esta compañía para Sara debido al aporte fundamental que había hecho durante seis años al cuerpo de baile.
Junto al Ballet de Santiago, Sara baila en el City Center Theatre de Nueva York, en el Teatro Colón, Cervantes y San Martín de Buenos Aires, en Stuttgart, Sevilla, Budapest, Lima y Montevideo, además de pasar tres temporadas como bailarina invitada del Cincinnati Ballet, del New Orleáns y el Knoxville Ballet de Estados Unidos y participando en el Festival Internacional de Ballet de La Habana y en el Ballet Nacional de Cuba.
Además, realizó numerosas presentaciones junto a reconocidos artistas internacionales, ocupando el rol de Primera Bailarina en más de cien obras, alcanzando unas mil 500 funciones en esta posición. Una de las interpretaciones más recordadas de Sara es la de “El Lago de los Cisnes”, junto a Julio Bocca, espectáculo que fue televisado por el Teatro Municipal en 1989. Sara se despide del escenario el 11 de noviembre del año 1996, en un homenaje encabezado por la Municipalidad de Santiago, y luego realizó su última función en el Teatro Solís de Montevideo.
Además de su carrera como bailarina, Sara ocupó varios cargos culturales y diplomáticos, siendo Agregada Cultural de Uruguay desde 1991 hasta el año 2008, además de ser directora de la Escuela Nacional de Danza uruguaya durante seis años. Ya para el año 1997 funda su Academia de Baile en Chile, donde ejerce como profesora, y entre el año 2006 y el 2008 dirige la compañía de Ballet Argentino de Julio Bocca. El 2012 funda el Ballet Teatro Nescafé de las Artes en Santiago, compañía con la que presenta “Pedrito y el Lobo”, “Cascanueces”, “Coppelia” y “La Cenicienta”, versión musicalizada con las obras de Johan Strauss y que la llevó a recibir el Premio de la Crítica de Cine al mejor ballet del año.
La trayectoria de Sara le ha valido recibir una gran cantidad de premios y reconocimientos a lo largo de su carrera. En 1995 obtuvo los premios a la Mejor Bailarina, entregados por el Círculo de Críticos del Arte y por la Asociación de Periodistas de Espectáculos (APES). También fue escogida Bailarina de la Década por la Revista Wikén de El Mercurio y recibió la Medalla de la Ciudad entregada por la Municipalidad de Santiago en 1996. En 2005 recibió el Premio a la Trayectoria en Danza por el Círculo de Críticos del Arte de Chile y el Premio Ernst Uthoff a la Trayectoria, entregado por el Comité de Danza del Instituto Chileno-Norteamericano.
En su rol como mujer líder, recibió el Premio a la Trayectoria de la Municipalidad de Las Condes en el 2006, fue nombrada el año 2010 dentro de las 100 Mujeres Líderes del Bicentenario por la Asociación de Mujeres Empresarias y recibió el Premio a la Trayectoria-Bicentenario de APES. También fue reconocida con innumerables premios en Uruguay y Argentina, y no menos importante, varias obras de ballet de autores como Ben Stevenson, André Prokovsky, Vicente Nebrada, Hilda Riveros y otros fueron estrenos mundiales creados especialmente para que ella los interpretara.
Finalmente, el mayor reconocimiento que puede llevarse Sara es el de cientos de niñas, niños y jóvenes que ven en ella una fuente de inspiración para desarrollar su pasión por la danza, y que por medio de su academia y de las diferentes instancias de formación que ha dirigido ha impregnado en estas y estos futuros bailarines su técnica, perseverancia y compromiso con el desarrollo de la danza en el Cono Sur.