Biografía: Gabriela Albornoz

Magdalena Mira

Pintora y escultora
1859-1930

Magdalena, al igual que su hermana Aurora, fueron dos mujeres artistas que rompieron los cánones establecidos para las mujeres de élite a principios del siglo XX. Magdalena fue considerada una de las primeras artistas de Chile, incipiente carrera que la llevó incluso a viajar por Europa y radicarse en Italia.

Magdalena nació el 30 de mayo de 1859, en Santiago, en medio de una distinguida y acomodada familia que se movía en el ambiente artístico de la época. Magdalena, junto a su hermana Aurora, se integraron desde muy jóvenes al circuito artístico nacional, ya que su padre, Gregorio Mira Iñiguez, pintor aficionado que estudió con Raymond Movisin, las apoyó para que ambas entraran a la Academia de Pintura de Santiago y, además, para que Magdalena ingresara a la Escuela de Escultura.

Magdalena desde muy pequeña sintió atracción por el arte y lo expresó estudiando diversas disciplinas: estudió dibujo en su infancia, fue alumna del pintor Juan Francisco González, y junto a su hermana fueron discípulas del pintor italiano Giovanni Mochi en la Academia. Además, por su parte, Magdalena tomó clases de escultura y estudió con el escultor José Miguel Blanco.

Cuando Magdalena tenía 24 años sus pinturas fueron expuestas por primera vez en el Salón Oficial de Bellas Artes, en 1883, exposición que fue organizada por Pedro Lira y Ramón Subercaseaux y que se realizó en el Congreso Nacional. En 1884 fue premiada con la Medalla de oro del Salón Oficial por su óleo “La hermana de la caridad”. Junto a su hermana Aurora y a Celia Castro, quien fue la primera pintora profesional del país, se las considera como mujeres pioneras en el campo de la pintura nacional y la crítica de la época destacó las obras de estas tres artistas tanto en la prensa como en los medios especializados de aquellos años.

En 1886, su obra “Agripina Metello” fue escogida como imagen de la portada del semanario N°59 de “El Taller Ilustrado”, publicación que estaba dedicada a abordar temas de arte y literatura, y que se publicó entre  los años 1885 y 1886.

En sus obras, Magdalena trabajó con la figura humana, pinturas en las que se destaca el aura sentimental que incluía su técnica, destacándose creaciones como “Don Gregorio Mira”, “Retrato de Dama”, “Una desconocida”, de 1897, obra que fue estimada como de vanguardia moderna, diferente al estilo que trabaja generalmente; y “Retrato ante el caballete”, la cual fue considerada como la primera obra autorreferencial en la pintura nacional. Magdalena también retrató diversos paisajes, algunas pinturas florales y escenas marinas, sobre todo durante su estancia en Europa.

Magdalena no solo participó en los más reconocidos salones de arte de la época con sus pinturas, sino que también lo hizo con esculturas. En el año 1886, presentó dos retratos que realizó en este formato, y ambas fueron reconocidas y destacadas en la prensa de la época. Así mismo, el historiador y crítico de arte Antonio Romera incluyó a Magdalena, al igual que a su hermana Aurora, en la llamada “generación del medio siglo”, que fue como se les denominó a las y los artistas que nacieron cercanos al año 1850, que trabajaron el naturalismo y que destacaban en su lenguaje artístico a los sentimientos que querían expresar por medio de sus creaciones. Estas y estos artistas fueron influenciados directamente por el arte francés de la época.

Magdalena recibió múltiples distinciones por las obras que realizó, como por ejemplo, en 1884 que recibió la Medalla de Oro y en 1891 que recibió el Premio de Honor, ambos galardones que fueron entregados en la Exposición Nacional Artística del Salón Oficial de Bellas Artes de Santiago. En 1905 Magdalena realizó una gira por Europa, en donde expuso sus obras en Francia y luego se radicó en Roma por tres años, en donde participó en diversas exposiciones colectivas.

Magdalena no continuó con su carrera de artista, ya que al contraer matrimonio decidió cumplir con la normas de la época y abocar su vida a la familia y el hogar, dejando la pintura solo como un pasatiempo cuando no estaba ejerciendo su rol como dueña de casa y madre. A pesar de esta decisión, Magdalena marcó un precedente en el campo de la pintura en Chile, abriendo el camino para que otras mujeres escogieran el mundo del arte como profesión y proyección para sus futuros.

Fuente(s): 

Memoria Chilena

Wikipedia

MNBA

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