Ilustración: Sol Díaz
Biografía: Samka Durán

Violeta Parra

Compositora, recopiladora folklórica, artista plástica y poeta
1917 - 1967

Mujer conocida en el mundo entero. Sus obras y su voz resuenan hasta la actualidad por todo el planeta. No solo se caracterizó por sus muchos dotes artísticos, sino también por el conocimiento que nos entregó, por su fuerza luchadora y por su vida misma: Violeta Parra es su nombre, bautizada como Violeta del Carmen Parra Sandoval, nació en San Carlos, provincia de Ñuble, el día 4 de octubre de 1917.
 
Desde pequeña Violeta escuchaba a su padre tocar y cantar con la guitarra, acompañado de amigos y familiares en el campo. A sus nueve años ya tomaba una guitarra y cantaba y a los doce, compuso sus primeras canciones. Aunque sus primeros años de estudio los hizo en Lautaro y Chillán, en 1932 se trasladó hasta Santiago para entrar a la Escuela Normal. Quinceañera, componía y trabajaba en quintas de recreo, bares y pequeñas salas. Dos años más tarde dejó la escuela para trabajar con sus hermanos cantando en boliches del barrio Mapocho. 
 
A los 21 años se casó con Luis Cereceda. Solo estuvieron diez años casados, separándose en 1948. De esa relación, nacieron sus hijos Isabel y Ángel. En ese mismo tiempo se unió a una compañía de teatro que realizó giras por todo el país. Cantaba canciones españolas y se hacía llamar “la Violeta de Mayo”.
 
En 1947 comenzó a cantar con su hermana Hilda, haciéndose llamar Las Hermanas Parra, editando sus discos en RCA Víctor. Junto a sus hijos, años más tarde, realizó giras por el país y por los alrededores de Santiago. Impulsada por su hermano Nicanor comenzó a rescatar, recopilar e investigar la auténtica música folclórica chilena. Recorrió diferentes zonas rurales, investigando y recopilando poesía y el canto popular de los más variados rincones del país.
 
Este es probablemente el momento más decisivo dentro de su proyecto artístico, realizando un radical giro en su trabajo, renunciando en ese acto a la pasiva reproducción del estereotipo campesino instaurado en el medio urbano. Se dedicó completamente a la recopilación en el terreno —a «desenterrar folclore» según su expresión— y aprender el oficio de los poetas populares.
 
Desde entonces realizó, sin descanso, una triple actividad: investigadora, intérprete y creadora. Violeta hizo todo esto sin apoyo de la “cultura oficial”, con sus propios recursos. Escribiendo en cuadernos y sin grabadoras, logró rescatar música, poemas y tradiciones de todo Chile.
 
En 1954 viajó por primera vez a Europa invitada al V Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, en Varsovia. Desde allí se trasladó a París y conoció la triste noticia: en Santiago había muerto su hija Rosita Clara, de dos años.
 
Residió en Francia dos años, realizando incontables presentaciones y contactos para la difusión de su trabajo. Grabó en la Fonoteca Nacional del Musée de l’Homme de La Sorbonne. Allí dejó un guitarrón y cintas de sus recopilaciones de folclore chileno.
 
De regreso en Chile, se trasladó al sur con sus hijos Carmen Luisa y Ángel, contratada por la Universidad de Concepción. Realizó investigaciones folclóricas en la zona, descubriendo las cuecas del sector. En 1958 funda el Museo Nacional del Arte Folclórico Chileno en aquella universidad y publica los discos La cueca… y La tonada presentada por Violeta Parra.
 
Regresó a Santiago en 1958 e incursionó en la cerámica, comenzó a pintar y a bordar arpilleras. Construyó su “Casa de palos” en la calle Segovia de la comuna de La Reina y ofreció recitales en los centros culturales más importantes de la capital. Viajó al norte a investigar y grabar la fiesta pagano-religiosa de La Tirana. Compuso, además, música para el poema “Los burgueses”, de Gonzalo Rojas y escribió las Décimas autobiográficas, en donde narra en versos su vida.
 
Al año siguiente viajó a recopilar el folclore de la isla de Chiloé, donde también organizó recitales, cursos de folclore, cerámica y pintura. Además escribió el libro Cantos folklóricos chilenos, que reúne toda su labor de investigación.
 
Producto de una hepatitis y la obligación de mantenerse en cama, su labor como arpillerista y pintora alcanzó gran desarrollo. Esta creación fue otro lenguaje que empleó para transmitir historias, sueños y conceptos. Esta dedicación y perseverancia fue la que llevó a Violeta con guitarra y arpilleras hasta París. Al mismo tiempo, actuó con sus hijos en Europa, grabó discos y viajó a Suiza, donde también tuvo su taller de trabajo, sus exposiciones y su amor.
 
En 1960 emprendió una gira al sur de Chile en jornadas folclóricas con sus hijos Isabel y Ángel, el conjunto Cuncumén y Julio Alegría, encargado de la gira. Ese año conoce a Gilbert Favre, músico de origen suizo, de quien se enamoró y junto con escribirle un gran número de cartas, también le compuso canciones. Al año siguiente viajó a Argentina, donde impartió cursos de folclore, cerámica, pintura y arpilleras. En Buenos Aires expuso sus pinturas y actuó para la televisión.
 
En junio de 1962 se reunió con sus hijos en Buenos Aires y se embarcaron juntos a Europa, invitados al Festival de la Juventud, en Finlandia. Viajaron por la Unión Soviética, Alemania, Italia y Francia. Los Parra de Chile ofrecieron recitales en radio y televisión. Violeta, además, bordaba sus arpilleras y hacía esculturas en alambre. Vivió con Gilbert Favre en Ginebra, donde ofreció recitales en teatros y estudios de televisión junto a sus hijos y nieta. Allí también expuso su obra plástica.
 
En 1963 grabó en París composiciones revolucionarias y campesinas que aparecerán casi una década más tarde en el álbum Canciones reencontradas en París. Un año después, en abril, Violeta expuso sus arpilleras, óleos y esculturas de alambre en el Museo de Artes Decorativas, Pabellón Marsan del palacio del Louvre. En Ginebra, la televisión suiza filmó el documental Violeta Parra, bordadora chilena. Luego, Violeta retorna definitivamente a Chile. Canta con sus hijos en la Peña de Los Parra y creó un centro cultural llamado La Carpa de La Reina.
 
Violeta nunca dejó de moverse y crear, hasta que el 5 de febrero de 1967 se suicida en su carpa de La Reina.

Fuente(s): 

Museo Violeta Parra

VioletaParra100.cl

artistasvisualeschilenos.cl

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